Nicolás Toledo (@NToledoG) |
Como habéis podido ver, en Criminología y Sociedad llevamos un tiempo hablando sobre la idea de crear un colegio profesional en la Región, haciendo encuestas y llamamientos a los criminólogos y de vez en cuando nos llegan correos de algunas personas preguntando por qué hacemos esto y qué tiene de importante un colegio profesional, sobre todo después de la última entrada de la página web.
Vamos a tratar de aclarar esto.
Lo primero y lo más obvio: ¿por qué lo hacemos? Porque en la Región de Murcia existen cuarenta y dos colegios profesionales pero ninguno de ellos es un colegio de criminología. Que se crease supondría un gran avance para el desarrollo profesional de los criminólogos.
Por suerte, esta no es la situación del resto de España ya que existen cuatro comunidades autónomas que poseen un colegio profesional de criminólogos:
- Comunitat Valenciana, siendo esta la primera en lograrlo en el año 2013.
- Principado de Asturias, que lo logró en el año 2015.
- Comunidad de Madrid y Catalunya, ambos recientemente creados en el presente año 2017.
En el resto de comunidades siguen sin un colegio profesional pero en algunas se está tratando de que se cree, como es el caso de Andalucía donde la Asociación de Andaluza de Criminólogos está tramitando el proyecto y el de la Región de Murcia donde lo estamos tratando de realizar desde la Asociación Criminología y Sociedad con la ayuda del resto de asociaciones de la Región.
Todo eso está muy bien, pero ¿qué es un colegio profesional?
Podríamos dedicarle un artículo entero a hablar sobre qué son los colegios profesionales pero lo resumiré con la propia definición que aporta la Ley 2/1974, de 13 de febrero, de Colegios Profesionales en su artículo 1:
Artículo 1
1. Los Colegios Profesionales son corporaciones de derecho público, amparadas por la Ley y reconocidas por el Estado, con personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines.
3. Son fines esenciales de estas Corporaciones la ordenación del ejercicio de las profesiones, la representación institucional exclusiva de las mismas cuando estén sujetas a colegiación obligatoria, la defensa de los intereses profesionales de los colegiados y la protección de los intereses de los consumidores y usuarios de los servicios de sus colegiados, todo ello sin perjuicio de la competencia de la Administración Pública por razón de la relación funcionarial.
Los colegios profesionales se encuentran regulados por esta ley estatal, la cual se ha visto drásticamente modificada por las llamadas Ley Ómnibus y Ley Paraguas, así como por otras leyes, que surgieron sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio en el año 2009. Estas leyes despertaron mucha polémica y a día de hoy siguen siendo muy criticadas por algunos sectores. Una de las principales modificaciones que creó controversia fue la reducción de 80 a 38 las profesiones cuya colegiación es obligatoria (actividades legales, sanitarias y técnicas).
No obstante, esta es la regulación básica y principal y hemos de tener en cuenta que las CC. AA. también poseen competencia en materia de regulación de los colegios profesionales y por ello cada una tiene su ley propia y demás normativas que la desarrollan.
Por último, pero lo más importante, ¿por qué es necesario crear un colegio profesional de criminólogos?
Independientemente de la comunidad autónoma de la que estemos hablando, esta figura a día de hoy es de vital importancia en el futuro del desarrollo profesional de los criminólogos.
Sobre el panorama actual de la criminología en España simplemente diré que se encuentra en una situación parecida a la que estaba la Psicología por 1980. Sobre este tema ya hablaremos en otro momento, pero digo esto porque es importante tenerlo en cuenta de cara a conocer cómo está la situación laboral de los criminólogos que viene a ser la misma que sufrieron los psicólogos por entonces: desconocida, repudiada y en nuestro caso, dada la evolución legislativa de nuestro país de entonces a ahora, carente de regulación y reconocimiento legal. Son pocos los titulados en criminología que trabajan de criminólogos. En criminología y Sociedad tenemos la suerte de contar con algunos. También podemos destacar el caso de DACRIM, así como otros pocos que podríamos contar con los dedos de las manos.
El problema es que estos titulados en criminología que están trabajando como criminólogos se hallan sin un respaldo profesional que los avale, sin un código deontológico que regule sus actuaciones y tome medidas disciplinarias en el caso de actuaciones negligentes por parte de los profesionales. Están en un limbo profesional sin nadie que los represente, los defienda y trabaje por la regulación y la creación de puestos de trabajo específicos de criminólogos. Es decir, sin ninguna figura que medie con el Gobierno y la Administración sobre cuestiones profesionales del criminólogo y todo esto hace que la figura profesional del criminólogo pierda credibilidad y se vea gravemente perjudicada. En pocas palabras, carecen de un colegio profesional (aunque este ya no es exactamente el caso de las cuatro comunidades autónomas anteriormente mencionadas). Aquí es donde radica la importancia de los colegios profesionales: todas las tareas relativas al ámbito laboral son competencia de los mismos y no de las asociaciones, los particulares o las universidades. ¡No os equivoquéis! No digo que las asociaciones no sean importantes (de hecho sería paradójico si dijera esto desde una asociación como es criminología y Sociedad). Todo lo contrario: las asociaciones son una figura muy relevante para poder realizar todo tipo de actividades y que los colectivos estén representados adecuadamente. De hecho, la propuesta de creación de un colegio ha de salir de una asociación. No obstante, en España son los colegios profesionales los que verdaderamente están legitimados para llevar a cabo todas las actuaciones relativas al ámbito laboral. Son estos los que tienen que luchar verdaderamente con el Gobierno y la Administración hasta conseguir por el reconocimiento de la figura profesional del criminólogo, por sus salidas profesionales y que se oferten puestos de trabajo de titulados en criminología.
Todo esto se puede resumir en que los colegios profesionales son el lobby que hace falta para que la criminología y los criminólogos alcancemos un adecuado estatus social y laboral, además de salir de esta situación de irregularidad profesional.
Ha pasado mucho tiempo desde que comenzaron los estudios en criminología en España hasta que se consiguió crear el primer colegio profesional de criminólogos. Quedan muchos por surgir y muchísimo por hacer, pero está en nuestra mano que esto salga adelante y se alcancen todos los objetivos tan deseados por los criminólogos y estudiantes de criminología. Estos últimos, a mi parecer, han de ser los que más deberían preocuparse y luchar por este tema ya que de ello depende su futuro profesional.
Cuatro comunidades autónomas ya lo han conseguido. Si quieres que la Región de Murcia esté entre ellas, ayúdanos a llegar a todos los criminólogos entrando aquí.
Si queréis saber más sobre los colegios profesionales, aquí podéis consultar esta guía rápida sobre colegios profesionales elaborada por Unión Profesional.
También os dejo la legislación al respecto:
Dentro del ámbito de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia existen:
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