Entrevista a David Buil-Gil, graduado en Criminología por la Universidad Autónoma de Barcelona. Tras superar sus estudios de grado, cursó el máster en Análisis y Prevención del Crimen del Centro Crímina para el estudio y prevención de la delincuencia, perteneciente a la Universidad Miguel Hernández, centro en el cual es colaborador. Actualmente es estudiante de doctorado, investigador predoctoral y profesor asistente en la Universidad de Manchester, y además es el coordinador de la Red Española de Jóvenes Investigadores en Criminología (REJIC), que es una sección de la Sociedad Española de Investigación Criminológica (SEIC).
Pregunta: Has tenido la experiencia de conocer a nivel académico la Criminología en España, Países Bajos y Reino Unido. ¿Cuáles crees que son las principales deficiencias y aspectos a mejorar en las universidades españolas en comparación a las de los otros dos países?
Respuesta: Durante los últimos años he tenido la oportunidad, y la suerte, de haber conocido la investigación criminológica en diferentes países europeos. A pesar de que, efectivamente, pasé seis meses estudiando Criminología en la Universidad Erasmus de Rotterdam, en Países Bajos, prefiero reflejar a continuación algunos pensamientos sobre las diferencias entre España y Reino Unido, ya que mi experiencia de Países Bajos fue únicamente en calidad de estudiante. En España estudié el grado y el máster en Criminología y he trabajado como investigador, a diferentes niveles, en dos instituciones de investigación académica, donde hoy continúo colaborando; y en Reino Unido, concretamente en la Universidad de Manchester, soy investigador predoctoral y profesor asistente.
Es evidente que el desarrollo académico y profesional de la Criminología está mucho más avanzado en Reino Unido que en España. Dicha diferencia puede ser explicada por un abanico muy amplio de factores históricos, sociales e incluso culturales.
Primero, y en mi opinión lo más importante, se debe empezar diciendo que la universidad y la investigación académica, en términos generales, está más avanzada en Reino Unido que en España. No sería justo juzgar las diferencias entre ambos países fijando nuestra visión únicamente en la Criminología, como si de un ente completamente ajeno al sistema de investigación y formación universitario se tratara. En España la financiación de la investigación académica es de las más bajas de toda Europa, y se le da muy poco peso a nivel social y político. Siendo así, es esperable que no únicamente la Criminología, sino cualquier disciplina científica, tenga mayores dificultades que en otros países para avanzar académicamente. En Reino Unido, en cambio, la universidad tiene mucha más financiación y juega un papel imprescindible en el desarrollo de políticas públicas en todos los sectores: las universidades trabajan con las administraciones locales, regionales y nacionales; se comparten datos; y los resultados de las investigaciones repercuten en muchas ocasiones en el diseño de políticas públicas, las cuales son evaluadas transparentemente. Siendo así es esperable que la Criminología académica, como parte de dicho sistema, también tenga mayores facilidades para avanzar.
Sin embargo, la existencia de factores externos a la universidad que ralenticen el avance académico de la Criminología no implica necesariamente la no existencia de factores internos que también jueguen un papel importante. Por un lado, en Reino Unido, el movimiento del personal docente e investigador entre universidades es algo muy común, los profesores universitarios cambian habitualmente de universidad, lo que evita estancamiento de ideas y aproximaciones teóricas en universidades concretas, y permite a académicos de varias universidades y centros de investigación trabajar en temáticas similares desde diferentes prismas para comprensiones multidimensionales de los fenómenos. En España, en cambio, es mucho más común que profesores dediquen toda su vida profesional a una única universidad, facilitando la aparición de escuelas de pensamiento y el estancamiento de ideas. Por otro lado, en Reino Unido se valora muy positivamente que profesorado de otras partes del mundo llegue para traer ideas nuevas; mientras que en España es algo mucho menos común, y existen dificultades burocráticas para que personas formadas en el extranjero lleguen a obtener plazas para impartir docencia en las universidades españolas. Todo lo anterior, claramente, son factores que no afectan únicamente a la Criminología.
Además de todo lo anterior, que es para mí lo más importante, el hecho que la Criminología no goce del mismo nivel de desarrollo que en Reino Unido también puede explicarse, primero, por el simple hecho que la Criminología es mucho más joven en España; segundo, la calidad de los datos con los que trabajar, y el acceso a los mismos, también dificulta la labor a los investigadores en Criminología en España; y tercero, la mayor parte de la literatura académica en Criminología está escrita en inglés, y la formación en inglés en España todavía debe mejorar mucho, dificultando el acceso a los textos, aunque aprecio mejoras en este sentido.
Dicho esto, creo que es necesario apuntar que, a pesar de las dificultades, la investigación científica en Criminología en España está creciendo a un ritmo aceleradísimo durante los últimos años, y muchas de las investigaciones desarrolladas en España se presentan diariamente en foros internacionales. Prueba de ello son los congresos europeos y americanos de Criminología, donde buena parte de los investigadores en Criminología en España asisten a presentar sus proyectos.
P.: Como investigador, ¿cuál crees que es el estado en el que se encuentra la investigación criminológica en España?
R.: En la pregunta anterior ya he reflejado mis principales reflexiones al respecto de este punto. Para decir que algo “es bueno”, o “es malo”, o “está bien”, o “está mal”, es imprescindible compararlo con otro algo. En la comparativa transnacional, la investigación criminológica española está por detrás de la de otros países como Reino Unido, Estados Unidos, Países Bajos, Canadá o Australia; aunque me atrevería a decir que hoy en día la Criminología española no tiene mucho que envidiar a la de países como Francia, Alemania o Italia. En la comparativa histórica, es evidente que la Criminología española se encuentra hoy en uno de sus mejores momentos históricos: los congresos españoles cada vez ganan más en cantidad y calidad, las líneas de investigación se diversifican, las investigaciones españolas llegan a las revistas y foros internacionales, y la cooperación con universidades extranjeras también es cada día más común. Queda mucho por mejorar, pero creo que se está avanzando a pasos de gigante.
P.: ¿Qué se debería mejorar para ir acercándonos a la de países más avanzados en esta área?
R.: Primero, es imprescindible mejorar la financiación pública (y, en determinados casos, privada) de la investigación científica a todos los niveles. Segundo, se debe incrementar la cooperación continuada entre administraciones públicas y universidades para velar por políticas públicas basadas en la evidencia y evaluables. Tercero, se debe garantizar el acceso a datos abiertos y de calidad provenientes de instituciones penitenciarias, juzgados, policía, llamadas a emergencias, y otras administraciones públicas; así como desarrollar nuevos instrumentos públicos de recogida de datos sobre percepciones de seguridad y victimización no detectada: encuestas anuales de victimización, como las ya existentes Encuesta de Victimización de Barcelona y Encuesta de Seguridad Pública de Catalunya. Cuarto, se debe facilitar la incorporación de personal docente e investigador formado en universidades extranjeras, que pueda traer nuevas perspectivas teóricas y metodológicas para continuar avanzando. Quinto, se debe fortalecer el estudio de la lengua inglesa, de cara a que estudiantes e investigadores puedan acceder sin problemas a literatura criminológica internacional. Sexto, se debe incrementar la participación en foros académicos internacionales. Séptimo, se debe “endurecer” la formación en métodos de investigación cuantitativos y cualitativos en los grados y postgrados en Criminología de las universidades españolas. Octavo, se debe incrementar el uso de software libre de investigación en las universidades, de cara a que los estudiantes puedan seguir haciendo uso gratuito de dichos programas una vez acabados sus programas formativos. Noveno, y aunque este punto tiene pros y contras, los investigadores españoles deben hacer esfuerzos para publicar en inglés y que así la investigación nacional puede tener impacto internacional. Y décimo, y no por ello menos importante, se debe dar a conocer la figura profesional del criminólogo a las administraciones públicas para así mejorar las relaciones y colaboraciones con las mismas.
P.: La investigación en Criminología tiene una clara inclinación a mejorar la sociedad, pero ¿crees que hay una falta de aplicabilidad de los conocimientos en el ámbito práctico? ¿Qué problemas crees que puede haber?
R.: La Criminología, por la naturaleza misma de su objeto de estudio, está íntimamente relacionada con el sector público y las administraciones del Estado, regionales y locales. Es evidente que los conocimientos surgidos de la investigación criminológica en España rara vez se ven reflejados en políticas públicas aplicadas por dichas administraciones públicas. Pero tampoco creo que se apliquen con normalidad, en España, desarrollos provenientes de otras ramas de las ciencias sociales como la sociología, la antropología social, la geografía humana o la ecología humana, por ejemplo. Este es, por tanto, un camino que debemos recorrer como criminólogos, pero también como ciudadanos, el solicitar a nuestras administraciones públicas el desarrollo de políticas públicas basadas en la evidencia, y evaluables, que permitan resultados más eficaces y eficientes.
Asimismo, creo que, concretamente en el ámbito de la prevención del crimen urbano, es necesario compatibilizar los enfoques macro con los micro, los cuales permiten a las administraciones observar beneficios a corto plazo que las lleven a incrementar los recursos destinados a las estrategias de prevención. En este sentido, sin renunciar a las perspectivas macroeconómicas y macrosociológicas de la desviación, creo necesario compatibilizar las mismas con las aproximaciones derivadas de la Criminología ambiental, las cuales permiten el diseño de políticas públicas con beneficios medibles, y prácticamente inmediatos, en la prevención del crimen, a partir de intervenciones cuyo balance coste-beneficio es fácilmente interpretable por las administraciones públicas. Si logramos reducir la desviación en un lugar de alta conflictividad a partir, por ejemplo, de medidas poco costosas como incrementar la iluminación o facilitar la vigilancia natural, podrá ser más sencillo convencer a las administraciones de invertir mayores cantidades en políticas públicas de prevención a largo plazo.
P.: En tu línea de investigación doctoral estás estudiando la aplicación de técnicas de estimación en áreas pequeñas a la Criminología. ¿Por qué crees que es importante su estudio? ¿Cuáles pueden llegar a ser sus aplicaciones prácticas a la hora de fomentar la seguridad ciudadana y la prevención de la criminalidad?
R.: Una de las líneas de trabajo en expansión en Criminología es el desarrollo metodologías que permitan reflejar en el mapa la delincuencia, de cara a poder desarrollar políticas públicas focalizadas en el espacio y en el tiempo. Sabemos que la delincuencia no se distribuye aleatoriamente, lo que nos obliga a trazar mapas para localizar en el espacio y el tiempo las áreas de mayor conflictividad. Los delitos recogidos por los cuerpos y fuerzas de seguridad, cuando vienen acompañados de la dirección en la que tuvieron lugar o de su eje de coordenadas, son fácilmente reflejables en el mapa. Sin embargo, tanto la delincuencia no registrada por la policía como las percepciones de seguridad, las cuales conocemos a partir de encuestas de victimización, no son tan fácilmente mapeables. Las encuestas normalmente se basan en muestras representativas de territorios geográficos grandes, como lo puede ser una provincia o una ciudad. Sin embargo, cuando queremos conocer la distribución de ciertas variables a un nivel geográfico más pequeño (por ejemplo, nivel de barrio) a partir de esas muestras, nos encontramos que, al subdividir la muestra representativa de toda la ciudad en áreas pequeñas, el número de personas encuestadas por área pequeña es muy pequeño, incluso de 0 o 1 persona encuestada, teniendo una variabilidad no aceptable y llevando a estimaciones directas no fiables. Con el fin de obtener estimaciones fiables a nivel de áreas pequeñas sin necesidad de incrementar las muestras, hacemos uso de modelos en los que ganamos fortaleza en las estimaciones a partir de covariables a nivel de área, las cuales son recogidas por los censos y otras fuentes de datos administrativas, así como efectos aleatorios espaciales y temporales. Todas las estimaciones deben ir siempre acompañadas de sus errores estimados.
Las estimaciones en áreas pequeñas aplicadas a la Criminología son de una gran utilidad para las administraciones encargadas de diseñar políticas públicas de seguridad, pudiendo focalizar en gran medida los esfuerzos en aquellas áreas donde las estimaciones nos indican que los niveles de seguridad percibida o la tasa de denuncia, por ejemplo, son menores.
P.: A pesar de que la tasa de empleabilidad de los criminólogos está mejorando poco a poco, todavía sigue siendo bastante baja ¿cuáles crees que son los motivos?
R.: El motivo principal creo que sigue siendo el desconocimiento de las administraciones y del sector privado sobre la labor concreta del criminólogo. En este sentido, son fundamentales las organizaciones, desde asociaciones estudiantiles a colegios profesionales, pasando por asociaciones profesionales y sociedades científicas, que se encargan de difundir el trabajo del profesional de la Criminología a todos los niveles. Asimismo, tal como decís, soy muy positivo respecto a la evolución de la Criminología durante los próximos años. Muchos de mis compañeros de promoción están actualmente ejerciendo de criminólogos, y creo que cada vez somos más visibles en el ámbito profesional.
P.: Este verano, en redes sociales, hemos podido ser testigos del resurgimiento de la Red Española de Jóvenes Investigadores en Criminología (REJIC), una sección de Sociedad Española de Investigación Criminológica (SEIC). Para todos aquellos que no la conozcan todavía: ¿Qué es la REJIC y cuáles son sus fines? ¿Qué beneficios ofrece ser miembro de la REJIC?
R.: Así es, varios compañeros y yo nos propusimos hace unos meses retomar el trabajo de la Red Española de Jóvenes Investigadores de Criminología (REJIC), la cual se había inaugurado en 2015 pero había quedado parada después de que las personas que la llevaban no pudieran dedicarle todo el tiempo que les hubiera gustado. Y en junio de 2017, en una reunión celebrada en Elche aprovechando el III Simposio de Investigación Criminológica, reorganizamos la Red y nos organizamos con miembros que se encuentran investigando tanto en España como en otros países. A mi parecer, se trata de un proyecto absolutamente necesario, que busca servir de punto de encuentro entre los jóvenes investigadores en Criminología desperdigados en los diferentes puntos del país y de fuera de él y facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias entre los mismos, así como promover la colaboración académica, dar a conocer eventos de interés y establecer sinergias con redes de jóvenes investigadores similares. Animamos a todos los interesados en empezar una carrera investigadora en Criminología a participar y compartir experiencias con el resto de compañeros. Mi experiencia en REJIC durante estos meses me ha mostrado que, muy a menudo, nos sentimos como bichos raros dentro de las Facultades de Derecho, y tenemos problemas que no comparten nuestros colegas de otras disciplinas, por lo que es de gran utilidad compartir experiencias con otros jóvenes investigadores en Criminología que puedan tener, o haber tenido en el pasado, dudas e incertezas similares. Tenemos muchos proyectos de futuro, pero vamos a necesitar más manos, así que sois bienvenidos a participar.